En esta mecánica, el jugador debe conectar dos conceptos que están relacionados por medio de textos, imágenes o textos e imágenes.
Para ello, debe tocar de a una tarjeta por vez para así activarla, y luego, tocar otra que se relacione con la anterior. Para «conectarlas» y así eliminarlas del tablero de juego, es necesario que se seleccionen correctamente y de forma sucesiva las dos tarjetas. El jugador gana cuando elimina a todas las tarjetas, dentro del tiempo establecido. De lo contrario, pierde la partida.
El usuario puede crear juegos de hasta seis pares de tarjetas, donde utiliza sus propias imágenes. A cada tarjeta se le asocia una palabra o concepto, para que el jugador relacione ambas ideas. Además, tiene la variante de que se le puede agregar sólo texto, sólo imagen o ambas cosas a cada tarjeta.
Finalmente, al conjunto de tarjetas se le agrega un texto de colección, que identifica al conjunto.
Esta mecánica de juego es ideal para trabajar contenidos sencillos donde las imágenes tienen un papel relevante en el concepto a trabajar.